Proceso de Enseñanza – Aprendizaje
FASES Y ELEMENTOS FUNDAMENTALES
DE LA PROGRAMACIÓN DEL PROCESO DE ENSEÑANZA – APRENDIZAJE
La
enseñanza no puede entenderse más que en relación al aprendizaje; y esta
realidad relaciona no sólo a los procesos vinculados a enseñar, sino también a
aquellos vinculados a aprender; un desarrollo adecuado del proceso comprende al
menos nueve: motivación, interés, atención, adquisición, comprensión e
interiorización, asimilación, aplicación, transferencia, evaluación (Pozo y
Monereo, 1999)
Siendo
el primero de ellos, la motivación; el cual constituye un requisito fundamental
y primigenio que desencadena el aprendizaje. El deseo de aprender, las
necesidades individuales y las perspectivas futuras impulsan al individuo a
aprender más rápida y efectivamente. De igual forma, suele ser un proceso
individual y es sentida por cada ser humano de acuerdo a su historia personal.
Es por ello que un facilitador (docente) muy bien puede provocar o maximizar
tal necesidad en su discípulo, por medio de estrategias pedagógicas adecuadas
(Yanez, 2016).
Seguidamente,
encontramos el interés, dentro del proceso de aprendizaje expresa la
intencionalidad del sujeto por alcanzar algún objeto u objetivo; por ello, se
dice que el interés está íntimamente unido a las necesidades individuales, las
cuales lo condicionan. Por lo tanto, es de suma importancia que en el proceso
formal de enseñanza - aprendizaje se tomen en cuenta los intereses individuales
de los estudiantes, aprovecharlos como elementos motivadores, haciendo que
puedan tomar contacto consciente con sus intereses y aprendan a desarrollar
actividades académicas que los cubran o satisfagan. En el caso de estudiantes
universitarios, por ejemplo, debe existir cierto grado de libertad, observado
por el docente, que permita el desarrollo de temas académicos de interés
personal y grupal.
Otra
fase fundamental de la programación, es la atención; todos los procesos
cognoscitivos como la percepción y el pensamiento están orientados hacia
objetos u objetivos (Boujon y Quaireau, 2004). Esta actividad del ser humano se
ve ampliamente favorecida por el desarrollo de cuadros de atención y
concentración que el individuo presenta para atravesar un suceso determinado;
por lo tanto, la atención conforma una faceta del proceso de aprendizaje íntimamente
ligada a actividades cognoscitivas como la percepción y el pensamiento. Por
otro lado la adquisición de
conocimientos es una fase del proceso de aprendizaje en la cual el
estudiante se pone inicialmente en contacto con los contenidos de una asignatura.
Algunas veces se pueden presentar estos contenidos de forma tan vívida que con
una sola vez que se lo presente se logra fijar la idea. Un simple concepto
puede encadenar las ideas de tal modo que la cantidad de lo que se tiene que
aprender se reduce y el nuevo conocimiento se retiene por más tiempo y se
aplica con mayor efectividad.
Asimismo,
la comprensión e interiorización, es una de las más avanzadas en un proceso de
aprendizaje, ya que involucra el pensamiento: la capacidad de abstracción y comprensión
de conceptos, así como la memoria significativa. La comprensión está
íntimamente relacionada también con la capacidad crítica del estudiante. A
medida que comprende un contenido, esto le ayuda a juzgarlo, a relacionarlo con
contendidos anteriores y a conceptualizar los nuevos casos presentados (Díaz et
al., 2011).
Una
fase del proceso de aprendizaje en la cual se almacenan o guardan los aspectos
positivos de los conocimientos y experiencias a los que el estudiante o
aprendiz estuvo expuesto, en la asimilación, el individuo suele conservar estos
aspectos a mediano y largo plazo, ya porque satisfacen sus necesidades, ya
porque cubren sus intereses o porque los puede poner en práctica en su vida
diaria. Es así como no todo conocimiento o hecho comprendido es asimilado o
guardado en el individuo, sino que son solo algunos los que se conservan en su
interior.
Los
cambios conductuales originados en el individuo (estudiante, aprendiz) a lo
largo de las fases anteriores, casi siempre suelen afirmarse fuertemente cuando
son puestos en práctica o “aplicados” en situaciones nuevas, pero similares a
la original, y surten un efecto eficaz y positivo en ellas originando
espontáneamente un estado de satisfacción interna en el individuo,
adecuadamente llamado aplicación. Seguidamente, la transferencia; es el efecto
que una tarea de aprendizaje produce sobre otra; por ejemplo, enseñamos a los
niños pequeños los sonidos y nombres de las letras para que luego aprendan a
leer; asimismo, les enseñamos a manejar balones de una manera rudimentaria,
para que más adelante el dominio de los mismos les permita aprender a jugar
fútbol o baloncesto (Clifford, 1981). En este sentido, suele afirmarse que
transferencia y aprendizaje prácticamente son la misma cosa, el aprendizaje significativo
es la vinculación del nuevo material aprendido con el ya asimilado
anteriormente: lo viejo siempre afectará a lo nuevo de alguna manera (Ausubel,
citado por Clifford, 1981).
Por
último, la evaluación, constituye la etapa final del proceso de aprendizaje; de
la observación e interpretación de los resultados de éste depende que el
proceso se reencauce, modifique o mantenga con el mismo ritmo. Constituye una
fase imprescindible en un verdadero proceso de aprendizaje. Las actividades y
procesos de evaluación de la calidad y cantidad del aprendizaje suele ser una
parte habitual y necesaria dentro de la práctica pedagógica. Quiere decir que
el desarrollo de un aprendizaje formal implica el cumplimiento generalmente
consciente de varias fases entrelazadas entre sí, a veces con límites claros
entre ellas, a veces con límites difusos: motivación, interés, atención,
adquisición, comprensión, asimilación, aplicación, transferencia y evaluación.
El cumplimiento cabal de estas fases suele necesitar niveles diferentes de
esfuerzo y planificación por parte de los docentes y los estudiantes;
igualmente, cabe mencionar que estas fases pueden cumplirse dentro o fuera del
centro educativo, dependiendo de la temática propia de uno u otro aprendizaje.
Referencia:
Yánez P. (2016). El proceso de aprendizaje: fases y elementos
fundamentales. Consultado en: http://oaji.net/articles/2016/3757-1472501941.pdf
Abg. Zaidimar
Velásquez
UCLA
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